Entonces ya estamos cansados de hablar de basura, zafacones, vertederos, entre otros términos que utilizamos para referirnos a los todo lo relacionado a los desperdicios sólidos que generamos. Sí, que uno mismo genera, los que día a día aportamos a que se llenen nuestros zafacones para terminar en los pocos vertederos que quedan abiertos en nuestra isla. Pero te has preguntado: ¿Qué he hecho yo para reducir la cantidad de desperdicios que genero? La respuesta a esa pregunta conlleva una historia genealógica, historia que comienza aún cuando no hemos nacido.
Dejemos de vivir en el pasado y veamos lo que hemos creado por varias décadas. Décadas en las que pensamos que todo se podía echar al zafacón y la basura se la llevaba el camión sin siquiera saber su paradero. Debemos de dejarnos ya de cuentos y ver la realidad. La realidad que duele que cada día es peor ver como nuestra misma basura se va quedando con el planeta, planeta que hemos estado maltratando sin darnos cuenta el terrible daño que le hemos causado y que queda poco tiempo para poder hacer algo para arreglarlo.
Ya está bueno de culpar a los pasados, la historia, los que no tuvieron consciencia ambiental y nunca tomaron en consideración las consecuencias de sus acciones. Somos nosotros, lo de hoy, que tenemos que comenzar o mejor dicho continuar ayudando a que no nos continúe arropando la basura. No es hasta que vemos los números que nos damos cuenta de la terrible realidad o tal vez cuando vemos en un video o fotos el sufrimiento de los animales muriendo por no saber diferenciar entre lo que en realidad es su verdadero alimento o la basura que ha sido negligentemente tirada y varias de las consecuencias pueden ser ver a tortugas muriendo por el sorbeto que se atascó a su nariz, peces o focas siendo ahogados por bolsas plástica o simplemente el chicle que fue confundido por un ave y terminó atascado en su pico causándole la muerte por asfixia. Ya está bueno.
Existen muchas maneras de comenzar, pero lo más importante es comenzar por uno mismo. Somos nosotros los responsables de saber que podemos y debemos hacer el cambio.
De ahora en adelante decide tú. Crea consciencia, mide tus acciones. Comienza pensando en lo que en realidad necesitas antes de comprar, luego piensa el tiempo de duración, toma en consideración si lo adquirido puede ser reusado y finalmente como podrás deshacerte de ese artículo de manera ecológica.